#Opinión // El campo mexicano en el abandono

febrero 19, 2025

Heliodoro Ciriano Soto

La situación de los campesinos en México es compleja y multifacética, influenciada por factores históricos, económicos, políticos y sociales. Se presentan algunos aspectos clave que caracterizan la realidad de los campesinos en el país. La Revolución Mexicana (1910-1920) tuvo como uno de sus principales objetivos la redistribución de la tierra. Esto llevó a la creación del ejido, un sistema de tierras comunales que buscaba beneficiar a los campesinos.

Sin embargo, en las décadas posteriores, muchos ejidos enfrentaron problemas de productividad y falta de apoyo gubernamental. Muchos campesinos en México viven en condiciones de pobreza, con acceso limitado a servicios básicos como educación, salud y vivienda. La desigualdad en la distribución de la tierra persiste, con grandes extensiones en manos de unos pocos, mientras que muchos campesinos tienen parcelas pequeñas y poco productivas, por lo tanto eso hace difícil para seguir en el campo.

La falta de oportunidades económicas en el campo ha llevado a una migración masiva hacia las ciudades y hacia Estados Unidos. Este fenómeno ha resultado en el envejecimiento de la población rural, ya que los jóvenes tienden a abandonar el campo en busca de mejores oportunidades, de vida. Los campesinos en México son particularmente vulnerables a los efectos del cambio climático, como sequías, inundaciones y cambios en los patrones de lluvia. Estos fenómenos afectan directamente la productividad agrícola y la seguridad alimentaria.

Los campesinos empobrecidos o «sin tierra» que no podían vivir más en el campo migraban a la ciudad, en donde lograban encontrar trabajo, alimentando los barrios marginales de las periferias de las metrópolis, o hacia Estados Unidos. Las personas que vivían en el campo y que no eran productores agropecuarios trabajaban como peones o en pequeñas manufacturas locales vinculadas al sector primario, así como en las pequeñas urbes cercanas. No se tenían datos suficientes para cuantificar esta situación de manera precisa, pero podemos suponer que esta visión era cercana a la realidad. El primer dato disponible a nivel de hogar nos indica que, en 1963, 72% de las familias rurales eran familias campesinas (Banco de México, 1966). A lo largo de los años, las políticas agrícolas en México han sido criticadas por no beneficiar adecuadamente a los pequeños productores. Programas como “Procampo” y “Sembrando Vida” han intentado apoyar a los campesinos, pero su impacto ha sido limitado y, en algunos casos, controvertido, por que no se ha vista la mejora al campo con esos programas.

La apertura comercial, especialmente con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, ahora T-MEC), ha expuesto a los campesinos mexicanos a la competencia con productos agrícolas subsidiados de Estados Unidos y Canadá. Esto ha dificultado la viabilidad económica de muchos pequeños productores por lo tanto no pueden compartir con los grandes terrateniente que además estos si son apoyados por sus gobiernos con créditos no como los nuestros, otro dato importante SADER 2025 se le autorizó 73616.7 millones de pesos 4 7% menos que el año pasado esto quiere decir que cada vez hay menos Apoyos.

Sin embargo, la fragmentación y la falta de unidad en los movimientos campesinos han limitado su capacidad para lograr cambios significativos. Para mejorar la situación de los campesinos en México, se necesitan políticas integrales que incluyan acceso a créditos, tecnología, capacitación y mercados justos. Además, es crucial abordar los desafíos ambientales y promover prácticas agrícolas sostenibles.

Así esta situación nacional pero en el Estado de Durango no estamos exentos de esto, ya que dependemos mucho de diversos factores como el clima, la economía y las políticas implementadas por el gobierno. Durango es conocido por su producción de maíz y frijol, pero también los campesinos duranguenses están en la misma situación, sin apoyo gubernamental. Los productores a cada vez se enfrentan desafíos para poder acceder a los mercados Y obtener precios justos a los productos. Estas actividades contribuyen significativamente a la economía local y nacional, y son parte importante de la identidad y cultura de Durango.

Pero para lograr todo esto se necesita que todos los campanos de este país se organicen y tomen el control político, y así poder implementar una mejora al campo mexicano, por que si seguimos como hasta el día hoy va seguir igual o hasta además no solo eso, sino cada vez concentra las tierras e pocas manos. Este gobierno no esta para ayudar los pobres en general menos al pobre del Campo.