El presidente de la Asociación de Tamaulipecos en Texas, Enrique Pérez Bock, dijo que el discurso antiinmigrante está sembrando mucha discriminación hacia las pieles morenas
Ante el racismo fomentado por Donald Trump, migrantes tamaulipecos se sienten más vulnerables que nunca y temen no solo ser deportados y sufrir abuso de autoridad, sino también resultar víctimas de actos de violencia por parte de ciudadanos norteamericanos que comulgan con las ideas de su presidente.
“Temen hasta crímenes de odio y es un clima de incertidumbre que los está obligando a rechazar horarios laborales vespertinos y nocturnos para evitar salir”, afirmó el presidente de la Asociación de Tamaulipecos en Texas, Roman Enrique Pérez Bock.
Dijo que el discurso antiinmigrante está sembrando mucha discriminación hacia las pieles morenas, y de no contenerse ese rechazo, considera que pueden surgir brotes de violencia.
“Volvemos a las sombras debido al racismo que alienta el discurso de odio de Trump, que tiene a los migrantes más vulnerables que nunca; ellos tienen miedo no solo a ser deportados, a sufrir abusos de autoridad en las detenciones y a ser agredidos por los propios estadunidenses”.
Sostuvo que esta animadversión y acoso contra los migrantes puede desbordar la hostilidad y generar crímenes de odio contra indocumentados de México o de cualquier país de centro y sudamérica.
“Hay un sector de la población de Estados Unidos que es muy violento y puede querer hacer algo contra los migrantes si sigue ese racismo; ese odio produce miedo e incertidumbre, hace temer un ataque generalizado”.
Pérez Bock señaló que el estigma hacia las personas que no son rubias, afecta no solo a los migrantes sin estancia legal sino también a aquellos que ya regularizaron su situación en ese país.
Estima que son aproximadamente 600 mil tamaulipecos los que se encuentran haciendo su vida en territorio estadunidense, de los cuales, la mitad carece de papeles.
Después de haber platicado con un grupo de migrantes deportados en un refugio de Nuevo Laredo, el activista subrayó que la mitad de ellos dejaron ver ideas suicidas, “porque es muy fuerte la separación familiar y todo lo que ven derrumbarse con su regreso forzado”.
Aseguró que “es una crisis psicológica nunca antes vista y la padecen todos, los indocumentados, los regularizados, los deportados ni se diga, y desde luego sus familias en Estados Unidos, en México, y demás países de origen”.