Por Jacobo Cruz
Pareciera que la represión estudiantil en México hubiera quedado enterrada en las páginas de la historia del siglo pasado, luego de que el gobierno tuvo que enfrentar la condena nacional y mundial, ante los hechos del 2 de octubre del año 1968 durante el gobierno del priismo a cargo de Gustavo Díaz Ordaz, pero no fue así.
Otro evento de gran trascendencia fue el que ocurrió la noche del 26 al 27 de septiembre de 2014 durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, en la ciudad de Iguala, Guerrero, donde se cometieron una serie de ataques contra estudiantes de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, que provocó la desaparición de 43 normalistas, de los que aún no se sabe su paradero, este acto también se ha calificado como un crimen de estado.
La matanza de Tlatelolco, causó por una parte numerosas víctimas, mientras que en Ayotzinapa, siendo un hecho más reciente, los deudos aún exigen la aparición de los estudiantes, pero ambos casos se convirtieron en un símbolo de la represión estatal en México.
Los dos casos fueron la bandera de lucha de todos los partidos y políticos de izquierda de la época, muchos de los cuales se fueron reagrupando en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), creación del expresidente tabasqueño Andrés Manuel López Obrador (AMLO), por lo que en congruencia política, los hoy gobernantes de la 4t no debieran caer en aquellas prácticas represivas condenadas en el pasado para ganarse la simpatía de los votantes que ya no querían saber nada de tragedias.
Sin embargo, esto no sucede en el municipio de Miahuatlán de Porfirio Díaz, estado de Oaxaca, donde el pasado 26 de abril, policías desalojaron por la fuerza a jóvenes del albergue “Dr. Juan Manuel Celis Ponce”, operativo que lo ordenó el presidente municipal morenista, César Figueroa Jiménez dejando a los estudiantes fuera del inmueble y sin acceso a sus pertenencias.
Pero lo que no sabía el dictador, es que los jóvenes no estaban
solos y de inmediato recibieron el apoyo de la Federación Nacional de Estudiantes “Rafael Ramírez” (Fnerrr), que tiene arraigo en todo el país; y desde entonces mantienen firmeza en la lucha para recuperar el inmueble que servía de alojamiento a preparatorianos que estudian en distintas escuelas de la cabecera municipal de Miahuatlán.
Los estudiantes reprimidos acusan que el gobierno local rompió un acuerdo de uso del albergue, sustentado en un contrato de comodato por 99 años; de tal manera que no hay ningún argumento o ley que justifique la violencia y el despojo del alcalde contra los estudiantes, ya que el predio fue gestionado legalmente por los jóvenes ante la autoridad municipal en turno hace más de 13 años, además de que el edificio fue construido en 2017 con recursos federales.
La defensa de este espacio se está llevando a cabo por la Fnerrr, organización que tienes más de 26 años encabezado demandas que van desde la construcción de escuelas, laboratorios, bardas perimetrales, becas, albergues estudiantiles, transporte escolar, pago para docentes, además de levantar la voz para exigir un plan de estudios a la altura de otras naciones de primer mundo así como exigir más inversión para este pilar fundamental de desarrollo del país.
Así que en este conflicto, los fenerianos de Oaxaca y de todo México ya se disponen para dar la lucha legítima por el edificio de su pertenencia y no están dispuestos a que esta serie de abusos queden como una anécdota más, por lo que se disponen a dar una lucha más grande en todo el país hasta que les devuelvan su albergue, incluso planean presentarse por miles en próximas fechas ante la presidenta Claudia Sheinbaum, para solicitar que se frenen los atropellos en Oaxaca.
En mi época de estudiante tuve la fortuna de poder alojarme en un albergue estudiantil como el que hoy se defiende en Oaxaca, y gracias e ellos pude titularme como ingeniero agrónomo por el Instituto Tecnológico Agropecuario 32, de Tecomatlán, Puebla, por eso con entusiasmo y determinación, expreso mi respaldo solidario a los estudiantes pobres de Miahuatlán, para que sigamos exigiendo que el presidente les devuelva el edificio al que tienen derecho.
Vamos juntos para que la represión y autoritarismo del presidente morenista no se imponga, porque el actual atropello puede ser la antesala de más golpes contra el estudiantado mexicano, que prefiere las aulas para contribuir al desarrollo de México y no formar parte de la estadística de la inseguridad que priva en el país, donde mucho tienen que ver actos como el que actualmente se denuncia por gobernantes de Morena, que criminalizan y reprimen a la juventud en lugar de dotarlos de espacios dignos y con alimentos gratuitos para el desarrollo académico y profesional.