#Opinión // Elección Judicial: entre confusión, desconocimiento y corrupción

mayo 28, 2025

Por Lenin Nelson Rosales Córdova

Estamos a unos días de que se desarrolle la elección Judicial que propuso, en su momento, el expresidente Andrés Manuel López Obrador, y como van las cosas, todo parece indicar que será mínima la concurrencia que acudirá a votar este próximo domingo primero de junio, para elegir a jueces y magistrados estatales y federales. Mucho se ha hablado del tema, y varios sostienen que quienes hagan fila en las urnas serán electores verdaderamente motivados, obligados por familiares, o incluso pagados, comprados y hasta chantajeados.

En esta elección al vapor se pretende renovar jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial, la encuesta difundida el 26 de mayo, por Enkoll (https://www.enkoll.com/wp-content/uploads/2025/) muestra una realidad preocupante: el 86% de los encuestados afirma saber que habrá elecciones judiciales, pero sólo el 48% conoce la fecha y apenas el 18% se siente bien informado. Aún más revelador: el 77% no puede mencionar a un solo candidato. Es decir, se trata de una elección sin competencia visible, sin debate público y sin perfiles conocidos. Aun así, el 72% cree necesaria la reforma y el 60% confía en que reducirá la corrupción e impunidad.

Sin lugar a dudas, es un falso ejercicio electoral que, lejos de fortalecer la democracia, la pone en duda. En este intento “democrático” ganará quien tenga mayor capacidad para movilizar votantes.

Se trata de la primera elección de este tipo. La iniciativa provino de morena, con el objetivo de que los ciudadanos elijan a quienes ocuparán los cargos clave en el Poder Judicial: ministros de la Suprema Corte, magistrados del Tribunal Electoral, jueces de distrito y, en algunas entidades del país, cargos equivalentes.

Esta elección representa el fin de la carrera judicial para cientos de mexicanos que durante décadas se desempeñaron dentro del Poder Judicial, y el inicio de trayectorias de personas inexpertas, novatas, de dudosa reputación, algunas con antecedentes por violencia de género o corrupción.

La ciudadanía medianamente informada sabe que esta elección será una contienda de movilización, no una elección ciudadana genuina, además, ya sabemos que quienes ponen y quitan son las élites que mantienen el poder económico, corporaciones, medios de comunicación y políticos que influyen o controlan la agenda pública, o que, como en este caso, movilizan votantes.

No solo será una elección confusa, amañada, también se están haciendo presentes la exclusión social y la desigualdad, ya que los ciudadanos más pobres tienen menos voz, menos acceso a la información y menor capacidad de influir, por ello son más vulnerables a caer en las trampas de los promotores del voto, incluso, se ha difundido en los medios de comunicación la entrega de “acordeones” de cómo deben anotar el número de tal o cual candidato, esto a cambio de un apoyo asistencialista.

Otro punto que no debemos dejar de pasar es que la gran mayoría de los candidatos son desconocidos. Los votantes no conocen a las personas que van a ocupar algún cargo, prácticamente irán a las urnas con una venda en los ojos y ya con eso de entrada sabemos qué nos espera como país ante este proceso electoral inédito.

Lo que pasará el próximo domingo solo será una prueba más de que morena quiere concentrar todo el poder en sus manos, para ello, utiliza al pueblo para legitimar sus malas decisiones, sus fracasos, llamando al pueblo a elegir a los jueces y magistrados el gobierno federal no solo se lavan las manos, sino que además tendrá en esos cargos a personas afines a su política, quienes pagaran el favor dejando hacer lo que se le dé la gana al partido en el poder. Pero si las cosas salen mal (como le sale todo a morena), la culpa será de quien eligió, de quien voto, es decir, la culpa será del pueblo bueno de México.

Pase lo que pase el próximo domingo, el gobierno dirá que hubo una alta participación y lo calificará como un “éxito democrático”, pero para millones de mexicanos será un resultado que nos permitirá seguir constatando que morena no sabe gobernar, no hay segundo piso como tal, no hay claridad de lo que se hace, Claudia Sheinbaum, presidenta de México, ya no sabe cómo darles seguimiento a las locuras de su antecesor, ya no puede mantener en pie las mentiras y fracasos del sexenio pasado.

La hora de que el pueblo tome conciencia de clase y forme un contrapeso político y luche por corregir el estado de las cosas se acerca y debemos estar preparados.