Por Jacobo Cruz
En el mes de marzo de 2025, Zacatecas logró una producción mensual de 3 mil 331 kilogramos de oro y 173 mil 706 kilogramos de plata, posicionándose en el primer lugar nacional en la extracción de estos metales, así como primer lugar en plomo y zinc, además ocupó el segundo lugar en la producción de cobre.
Lo anterior, de acuerdo a los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), correspondientes a la producción de la Industria Minero Metalúrgica en la entidad del mes de marzo de 2025. Es importante destacar que si se comparan con el mismo periodo de 2024, significa un incremento del 2.9 por ciento en la producción de oro, del 2.4 por ciento en la producción de cobre, y un 4.8 por ciento en zinc.
Hasta aquí todo es digno de aplausos y reconocimientos para el gobierno y las empresas dedicadas a la minería, sin embargo, es necesario tratar de medir el beneficio que esta actividad extractiva deja a las comunidades zacatecanas y sus ciudadanos, porque también hay datos oficiales que demuestran que la inmensa mayoría de empresas se llevan sus ganancias al extranjero, mientras que otras se niegan a pagar el impuesto ecológico, a pesar de que a su paso destruyen el medio ambiente, despojan a los dueños de tierras, provocan cuarteaduras en casas, contaminan y acaban con el agua disponible, entre otras calamidades.
El diario El Sol de Zacatecas, del 18 de abril de 2025, dio a conocer que la Secretaría de Finanzas (Sefin) de Zacatecas informó que durante el último ejercicio fiscal, se recaudaron 146 millones 990 mil pesos, lo que equivale a sólo el 48% de lo presupuestado en la Ley de Ingresos 2024. Dicha cifra representa también una caída de casi el 80% en percepciones si se compara con los 685.2 millones de 2021, año en el que se registró la mayor recaudación desde que se empezaron a cobrar los Impuestos Ecológicos en 2019.
La nota referida informa que de los cuatro impuestos ecológicos estatales, el que mayor recaudación ha generado desde su aprobación, es el correspondiente al de la Emisión de gases a la atmósfera, con mil 602 millones. Los 101 millones de pesos restantes, corresponden a los impuestos por Remediación Ambiental de la Extracción de Materiales, Depósito o Almacenamiento de Residuos y Emisión de Contaminantes al Suelo, Subsuelo y Agua.
Es importante destacar que Zacatecas fue la primera entidad en cobrar Impuestos Ecológicos estatales, luego de ser validados por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en el año 2019, terminando así con una controversia constitucional promovida por la federación que pretendía mantener la exclusividad de los cobros a la minería, tema que promovió el expresidente Andrés Manuel López Obrador, aún así los empresarios se niegan a pagar dejando a las comunidades con esta vocación sin la posibilidad de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.
En Zacatecas, tenemos a la mina Peñasquito en el municipio de Mazapil, esta es considerada como una de la más ricas del mundo, actualmente es operada por Newmont Corporation, con sede en Colorado, Estados Unidos porqueq adquirió los derechos de explotación a través de la compra de acciones de la compañía canadiense Goldcorp en 2019. De acuerdo con datos disponibles, emplea a cerca de 5 mil trabajadores directos y genera aproximadamente 28 mil empleos indirectos, lo que la convierte en un motor económico fundamental, pero la mayor riqueza no se queda en el estado, sino que se ve al extranjero provocando que la entidad se encuentre dentro de las 10 con los mayores índices de pobreza en el país, según cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en su informe Medición de Pobreza 2022.
Según estas cifras, el 44.2% de la población de Zacatecas, vive en condiciones de pobreza, ocupando el noveno lugar de 32; cuando tan sólo en Peñasquito se produjeron alrededor de 566 mil onzas de oro en el año 2022.
¿A dónde se va todo ese dinero generado por el trabajador zacatecano y extraído del suelo de nuestra patria?
Y es que hay referentes obligados en la historia de la minería en el estado, con saldos lamentables, tal es el caso de Salaverna, donde la empresa Frisco-Tayahua del magnate Carlos Slim explotó el mineral que se encontraba justo debajo del pequeño poblado, finalmente las personas tuvieron que aceptar la reubicación forzada después de años de pugna con la empresa porque allí importaba el oro de sus tierras y nada más.
Pero tenemos dos casos recientes, que conviene analizarlos, el primero está afectando a la población de la ciudad de Zacatecas, se trata de la también canadiense Capstone Cooper-Cozamin que usa dinamita en sus procesos, provocando microsismos que han dañado la estructura de viviendas de al menos una veintena de colonias populares.
Los habitantes directamente afectados aseguran que las paredes, pisos y techos de sus casas tienen grietas provocadas por la explosión de dinamita que provienen de los túneles de la minera. Pero la empresa realiza estas operaciones procurando que los habitantes no se den cuenta, sin embargo, en colonias como la Díaz Ordaz se resienten los movimientos de la tierra, dañando el patrimonio de centenas de familias de la capital.
Se sabe que con dinamita la minera canadiense extrae y procesa 4 mil 400 toneladas diarias de materiales con altos concentrados de cobre y plata, aunque también aprovecha el oro que hay en el sitio. Por su parte, las autoridades del gobierno de Zacatecas, de Protección Civil y de la propia compañía, niegan que los movimientos de tierra se deban al uso de explosivos y dicen que son “naturales”, mientras las familias no aceptan la explicación pues el estruendo se registra a las seis de la mañana y a las seis de la tarde.
El otro caso reciente. La tarde del día de ayer, circuló en redes sociales y algunos medios de comunicación una denuncia por parte de los trabajadores de la mina La Colorada, quienes se quejan de las condiciones de trabajo que afecta específicamente a los de subterráneo, por carecer de equipos, falta de ventilación y transporte: “no hay equipo de seguridad, la alimentación es peor que en una cárcel y aún así se nos está exigiendo trabajar al máximo para dar las toneladas día a día”, refieren.
Además se quejan que cada día hay personas nuevas, “jefes nuevos por que no aguantan la paga y el ritmo que están exigiendo, tanto como supervisores, jefes, capitanes tienen que andar a pie entre las obras y rebajes pues la gerencia se llevó todas las camionetas a la superficie”, se lee en la denuncia proveniente de La Colorada, propiedad de Panamerican Silver ubicada en las tierras del municipio de Chalchihuites, donde apenas en el mes de febrero hubo manifestaciones de pobladores por el despojo de sus viviendas.
La queja de los trabajadores continúa: “Esto es muy peligroso, en los frentes de trabajo hay mucho gas, humo y muy poco aire fresco, a diario hay accidentes que no se reportan por miedo a ser corridos de la empresa, estamos al borde de un grave accidente ya que se está ahorrando mucho en el amacice y en el zarpeo, urgente hacer algo para detener estás condiciones, por parte de los trabajadores ya se está en pláticas con el sindicato Catem para lograr que haya algún acuerdo de mejoría, nosotros no queremos perjudicar a la empresa queremos condiciones dignas de trabajo y seguridad para hacerlo”.
Pero el poder del dinero siempre acaba imponiéndose a todo, porque si los gobernantes de México se ocuparan prioritariamente del cuidado del medio ambiente y protegieran los intereses de las clases trabajadoras afectadas por la minería, pudieran remediarse muchas cosas, pero eso significa enfrentarse a los hombres del dinero de empresas extranjeras o nacionales, como el poderoso Carlos Slim, pero a ellos no se les toca, al contrario, se les protege con el argumento de que sus industrias crean empleos y generan prosperidad aunque nuestros pueblos sigan abandonados a pesar del oro y plata que producen.