A reserva de lo que pudieran ocasionar los últimos escurrimientos de agua, la tormenta tropical “Barry” causó deslaves y daños en tramos carreteros, crecida de ríos y aislamiento de por lo menos 28 comunidades, sobre todo en municipios de la región cañera, además de González y Aldama. Y aun cuando las condiciones del clima podrían mejorar a partir de este miércoles, persiste la amenaza de un posible desbordamiento del río Guayalejo, que inundaría lugares como el poblado El Limón, en el municipio de Mante, donde a varias familias se les recomendó ser trasladadas a lugares seguros, confirmó Luis Gerardo González de la Fuente. El Coordinador de Protección Civil del Gobierno del Estado citó que las lluvias copiosas e intensas causaron estragos en municipios como Mante, Xicoténcatl, Ocampo, Gómez Farías y Llera, que incrementaron los niveles de agua del río Guayalejo y río Frío, cuyas descargas van al caudal Guayalejo -Tamesí, dejando ejidos incomunicados por la creciente de los arroyos. Tan solo en Xicoténcatl ocasionó ocho comunidades aisladas, aunque se mantiene comunicación con sus habitantes, que no todos corren riesgos en sus viviendas, sino que simplemente no pudieron salir de sus domicilios por la creciente de los ríos, indicó. En Ciudad Mante, la problemática se circunscribe en el poblado El Limón, toda vez que el caudal del río Guayalejo va crecido por las abundantes lluvias y se corre el riesgo de que se pueda desbordar y afectar al menos unas siete comunidades de esa región. De hecho, es la zona considerada como la más crítica, sin restar importancia a municipios de Tampico, Madero y Altamira, donde desembocan las aguas del río Guayalejo en el Pánuco, y en los que se usaron bombas para desaguar calles y avenidas, evitando así que subieran los niveles e ingresara a las viviendas. Por la cantidad de agua que dejaron las lluvias de la tormenta “Barry”, González de la Fuente informó que algunos cruces en las vías de comunicación, entre estas en el tramo de la carretera Zaragoza hacia el municipio de González, el agua rebasó la superficie de rodamiento, suspendiendo la circulación de todo tipo de vehículos como medida de prevención. Con el cierre parcial de la carretera Zaragoza-González, por daños ocasionados en la superficie de rodamiento, muchas unidades de transporte de carga hicieron largas filas y tuvieron que utilizar vías alternas para llegar a lugares como el puerto de Altamira o Tampico. Destacó que por el momento no se tiene ninguna vida que lamentar, ni personas lesionadas, no localizadas o desaparecidas.