#Opinion//El infonavit bajo fuego

julio 4, 2025

Por Pedro Pérez Gómez

Se está anunciando en los diferentes medios de comunicación la construcción de nuevas viviendas en varios estados de México. Pero el Infonavit se encuentra en estos momentos en el ojo del huracán. Está en problemas porque existe cerca de un millón de casas abandonadas. Este programa, no de ahora sino desde 1972 cuando se fundó, empezó a funcionar construyendo casas «palomeras» en varias partes del país: casas unifamiliares. Todo parecía un éxito, pero muchas se construyeron sin servicios y lejos, o sea, incomunicadas y a merced de la delincuencia. Los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón promovieron desarrollos habitacionales con las características antes señaladas. Con el presidente Enrique Peña Nieto, el programa continuó, solo que ahora en mejores condiciones. En el sexenio de AMLO se promovió la autoconstrucción, que resultó ser un fracaso. La cartera vencida alcanzó un 18.94% en 2024, con 140 mil viviendas invadidas y 4 millones 150 mil créditos prácticamente impagables. Los principales responsables fueron la burocracia y la corrupción existente en grado exagerado en el gobierno de la 4T.

En la administración actual, según informes oficiales, son 843 mil viviendas abandonadas, vandalizadas o invadidas. En la administración anterior, la morosidad pasó de 7.8% en el 2018 a más del 18% en 2024.

El problema de la vivienda en nuestro país está cada día peor, digan lo que digan las autoridades. La cuestión de la vivienda no podrá resolverse si no hay una verdadera transformación de la sociedad, porque la raíz del problema no es la falta de vivienda en sí, sino la explotación inherente al capitalismo. El problema está en que bajo el sistema neoliberal es la ganancia el motor principal, no el bienestar de los trabajadores. En la 4T se les da tarjetas que no alcanzan a resolver los problemas y las necesidades de la gente, aumentando la desigualdad y la explotación. La solución al problema de la vivienda no es simplemente construir casas, sino transformar las relaciones sociales de producción; se debe sacar del mercado y garantizarla como un derecho, no solo en el papel o en el discurso, como en el sexenio anterior. Pero el sistema actual no quiere solucionar el problema; lo que va implementando son solo parches que vuelven a producir de nuevo el problema, vuelven al obrero más dependiente de sus patronos, reproduciendo en ellos una mentalidad mezquina y estrecha del pequeño propietario. La necesidad hizo nacer en lugares indignos para vivir, y es la misma que los hunde cada día más. Mientras exista el sistema neoliberal, las cosas seguirán así.

El gobierno de la 4T se ha fijado la meta de construir 100 mil viviendas de interés social durante este periodo con un costo de 500 mil a 600 mil pesos, pero se está encontrando con el problema de falta de tierra que tenga certeza jurídica, ubicación y los servicios necesarios.

Como suele ocurrir, la primera salida fue la donación de los estados y municipios. Pero la mayoría no son adecuados para el proyecto porque les faltan servicios, están lejos de las ciudades. Otra salida fue recurrir a desarrolladores particulares. Además, algo que es y fue muy criticado es premiar a los invasores de casas del Infonavit, legalizando las propiedades invadidas. A esta medida se han opuesto varias organizaciones como la COPARMEX, CONCAMIN y el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior.

Conclusión: tenemos números rojos en general. El problema no es solo de vivienda; de igual forma, hay problemas en la salud, educación y economía. Contamos con una autoridad inflada por los medios de comunicación y reprobada en todos los aspectos antes mencionados. Ante tanto humo a los ojos, burocracia y corrupción, se ha vuelto casi imposible adquirir una vivienda. Pasó de ser un derecho humano fundamental a un privilegio inalcanzable para la gente pobre. El derecho humano a la vivienda pasó a ser una mercancía muy cara, inalcanzable para muchas familias pobres. Y si queremos que las cosas funcionen, debemos organizarnos en primer lugar y luchar por un país más justo, más rico, con trabajo para todos, con buenos salarios. Pero para lograrlo, es necesario educar al pueblo, porque es el único que puede transformar esta sociedad en una sociedad más justa que beneficie en primer lugar a los que menos tienen.