La administración estatal de Coahuila ha manifestado su preocupación por el nuevo plan del gobierno federal para cumplir con el Tratado de Aguas de 1944, que implica mayores extracciones del río Bravo hacia Estados Unidos. El gobernador Manolo Jiménez advirtió que la medida podría afectar gravemente el abasto de agua para comunidades fronterizas, como Ciudad Acuña y Piedras Negras.
La polémica surge tras una propuesta de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) de redirigir volúmenes adicionales desde presas como La Amistad, las cuales actualmente se encuentran por debajo del 50 % de su capacidad. Agricultores, ambientalistas y autoridades locales han exigido que se priorice el consumo humano y la conservación del ecosistema.
“El tratado debe cumplirse, pero no a costa de nuestra gente. La sequía es real y nuestras presas no están en condiciones de asumir esta carga”, sostuvo Jiménez. Coahuila no es el único estado inconforme: Chihuahua y Tamaulipas también han emitido comunicados en contra del plan federal.
Se espera que esta semana se realice una reunión de alto nivel entre autoridades estatales, la SRE y representantes del Gobierno de EE. UU. para revisar el cumplimiento del acuerdo sin comprometer la seguridad hídrica nacional.