Tamaulipas // Identifican en Tampico edificios a punto del colapso. Ésta es la sorprendente causa

septiembre 6, 2025

El terreno es arcilloso, compresible, incapaz de sostener por siempre las pesadas estructuras que se construyeron en épocas donde no había pilotes ni acero. El río Pánuco, que ha dado vida y comercio al sur de Tamaulipas por casi dos siglos, también es verdugo silencioso de sus viejos edificios. En Tampico, los más cercanos a sus aguas, en la franja del mercado y la zona portuaria de esta ciudad, son los que hoy muestran cicatrices más profundas: muros vencidos, columnas fracturadas y techos que se desploman como si fueran de papel mojado. El Hotel Progreso fue la advertencia más brutal. Levantado a unos pasos del Pánuco, en la calle Pedro J. Méndez, en pleno Centro Histórico, se vino abajo en la madrugada del 5 de octubre de 2023, tras una lluvia torrencial.
Tenía casi un siglo de historia. Quedó reducido a polvo y escombro en cuestión de segundos, confirmando lo que los ingenieros habían advertido: las cercanías del río guardan un riesgo latente. Especialistas lo explican con números y geología: el terreno es arcilloso, compresible, incapaz de sostener por siempre las pesadas estructuras que se construyeron en épocas donde no había pilotes ni acero. Con el paso de los años, el suelo se hunde y con él los edificios, que terminan agrietándose como huesos viejos. Caminar por Héroes del Cañonero, la antigua calle Ribera, es entrar en un corredor de ruinas. Ocho cuadras de construcciones centenarias que hoy exhiben grietas abiertas, árboles que crecieron sobre sus techos y fachadas que se desmoronan ante el más leve aguacero. Es el cinturón del olvido a unos metros del río que alguna vez les dio esplendor.
Investigaciones en curso
Caminar por Héroes del Cañonero, la antigua calle Ribera, es entrar en un corredor de ruinas. Ocho cuadras de construcciones centenarias que hoy exhiben grietas abiertas, árboles que crecieron sobre sus techos y fachadas que se desmoronan ante el más leve aguacero. Es el cinturón del olvido a unos metros del río que alguna vez les dio esplendor.
Investigaciones en curso
Rafael Benavides Osorio, presidente del Colegio Mexicano de Ingenieros y Arquitectos, indicó que “los edificios que están más cerca de los cuerpos de agua nos hemos dado cuenta de que son los que se deterioran”. El especialista advirtió que sí podría haber mayor afectación al patrimonio arquitectónico en esa zona de la ciudad, donde el terreno es más complicado por su composición arcillosa. Esto quedó de manifiesto durante la construcción de los nuevos mercados —inaugurados en 2020—, cuando la piloteada generó problemas por la inestabilidad del suelo.“Esos edificios están en la zona A (la cual consideran con mayor cantidad de riesgo). Nosotros encontramos a lo largo de todo lo que hemos hecho que los edificios que están en dicha área son los más riesgosos”, explicó edificios que están más cerca de los cuerpos de agua nos hemos dado cuenta de que son los que se deterioran”. El especialista advirtió que sí podría haber mayor afectación al patrimonio arquitectónico en esa zona de la ciudad, donde el terreno es más complicado por su composición arcillosa. Esto quedó de manifiesto durante la construcción de los nuevos mercados —inaugurados en 2020—, cuando la piloteada generó problemas por la inestabilidad del suelo. “Esos edificios están en la zona A (la cual consideran con mayor cantidad de riesgo). Nosotros encontramos a lo largo de todo lo que hemos hecho que los edificios que están en dicha área son los más riesgosos”, explicó el presidente del colegio. Detalló que el riesgo se debe a que “el suelo es muy compresible (arcilloso), entonces cuando se construye el edificio y con el tiempo se va desplazando verticalmente, en ese desplazamiento, pues se va agrietando”. En la calle Héroes del Cañonero (antigua Ribera) también existe un conjunto de edificios con más de un siglo de antigüedad, un cinturón histórico de aproximadamente ocho cuadras. Muchas edificaciones ya presentan desplomes por el mal estado, la flora parásita —árboles de hasta un metro y medio creciendo en sus techos— y, sobre todo, el abandono de sus propietarios.
Benavides Osorio añadió que, en esos edificios viejos, que superan o están cerca del siglo de antigüedad, “no se les pusieron castillos o cadenas, ¿por qué? Porque así se construía en aquella época. Entonces son los que están en más riesgo”.