#Opinión // Morena está cosechando lo que sembró

febrero 8, 2025

Pedro Pérez Gómez

La mayoría de la población mexicana está decepcionada y tiene razón, porque varios sectores de la administración están hechos pedazos. El principal problema de esta administración es su dependencia con Estados Unidos. El gobierno de la 4T, en seis años y meses de administración, no ha podido hacer que el país avance. Esta realidad no la quieren o no pueden entenderla. Así que la base en que está cimentada su política y su famoso segundo piso es un sistema que está en crisis mundial y nacional. Este hecho ya se había anunciado por algunos actores políticos serios y organizaciones desde hace ya varios años. Se dijo que el sistema neoliberal se caracteriza por ser un excelente productor de mercancías, por producir mucho, pero esas riquezas se concentran en poquísimas manos en nuestro país. En 2018 eran 10 millonarios, y para 2024, en la administración de AMLO, son ya 20, que son los que deciden casi todo. En México, este sistema está produciendo mucho, pues aún somos un país rico en recursos naturales. Esto está permitiendo que se puedan producir muchos bienes, pero poco a poco estos malos políticos están matando la gallina de los huevos de oro. Así que, para seguir gobernando, necesitan pagar bajos salarios, deben reducir los apoyos al pueblo en todos los sentidos.

Esta es una contradicción que no tiene salida dentro del sistema capitalista y tiende a crear crisis periódicas de sobreproducción. Se produce en exceso, sí, señores, pero no podemos consumir los productos porque no nos alcanza el dinero. O sea, con una mano dan y con la otra nos quitan una cantidad mayor: suben los salarios, pero también sube la gasolina, el gas, la canasta básica, la luz; quitan la mayoría de subsidios, quitan los apoyos en general. El problema es que no se produce lo que necesita la gente; se producen productos lujosos, pero no los alimentos para el pueblo, porque lo que a ellos les interesa es la ganancia.

Por la ganancia se construyeron las obras de “relumbrón” que no dan servicio, pero sí aumentaron el número de ricos. Las obras ahí están, son elefantes blancos. Por esa misma razón, varios sectores no funcionan, como el sistema de seguridad, de salud, la economía, la educación, la política exterior y la producción agropecuaria y ganadera. Estamos sintiendo y sufriendo las consecuencias de un gobierno autoritario que no tiene estrategia ni planes claros, con falta de recursos humanos, con servidores públicos improvisados, con enormes carencias académicas y con una corrupción acelerada. Como resultado de su política de “abrazos no balazos” y como apapacho a la delincuencia organizada, estamos viviendo problemas graves: la amenaza de Estados Unidos, que tiene la bota en el cuello de la presidenta, obligándola a mover el ejército para que cuide los intereses gringos. Estos hechos han provocado que el pueblo esté cada día más desconfiado, cansado de tanta simulación, engaño, de tanto humo a los ojos y de los cantos de sirena. El pueblo sufre en mayor cantidad los asaltos en sus domicilios, los secuestros en las carreteras, el aumento de los homicidios dolosos, los feminicidios, los asesinatos a políticos y funcionarios públicos como presidentes municipales. Por todo este desaseo nacional, Trump lo toma como pretexto para amenazar con cobrar aranceles del 25%. Las autoridades federales tratan de arreglar las cosas con gritos y sombrerazos, no se dan cuenta de que están cosechando lo que sembraron en los seis años y meses que lleva la 4T en el poder. La justicia prometida fue falsa, como todo lo prometido en 2018. El sistema de salud está sin medicinas. El gobierno dejó de surtir 15 millones de recetas médicas, 5 veces más que la administración anterior, mientras que el desabasto de medicamentos sigue afectando a la población. Por si eso fuera poco, la nueva administración anunció recortes en la salud del 31%. Para 2024 se aprobaron 96,989 millones de pesos y para 2025 se programaron 66,963 millones. Por eso, en estados como Puebla, Oaxaca, Estado de México, Ciudad de México, Tlaxcala, Morelos y Michoacán, el pueblo y los trabajadores de la salud se manifestaron inconformes. La educación no mejoró, empeoró. En matrícula se redujo en 600,000 estudiantes, el aprendizaje retrocedió a niveles de hace 20 años y disminuyó la inversión a este sector en 175 millones de pesos. Pero la clase en el poder no puede aceptar la realidad. No aceptan que están equivocados, que el problema sigue siendo el mismo: la injusta distribución de la riqueza, no la corrupción como dice su Mesías. El problema es el sistema y, para corregirlo, se necesita un proyecto diferente.

Los Antorchistas sostenemos y estamos convencidos de que el problema de este país es el sistema. Para corregirlo, se necesita un proyecto distinto que contemple 4 puntos:

1. Una reforma fiscal progresiva y pactada con todos los sectores productivos para dotar de dinero suficiente al gobierno y ponerlo en condiciones de atender las necesidades del país.

2. Un programa de inversiones, incluida la inversión pública, para generar un crecimiento sustentable de la economía, empleo de calidad para el que esté en edad de trabajar, con salarios remuneradores suficientes para que una familia viva con dignidad.

3. Una reorientación del gasto social que destine la mayor parte al desarrollo humano integral de las clases populares, sus comunidades, colonias y pueblos.

4. Asignar todos los recursos que hagan falta a los servicios básicos: salud, educación, alimentación y vivienda. El objetivo es un México sin desigualdades abismales, con un nivel de vida decoroso para las mayorías, un pueblo sano, fuerte, educado, bien alimentado y capaz de producir la riqueza necesaria para el bienestar de todos.

Todo esto se puede lograr con un pueblo organizado, educado para enfrentar los problemas de ahora y del futuro. ¡Viva Antorcha Campesina!