En el contexto actual, la cultura debe regresar a las manos del pueblo trabajador, a las colonias populares y a los pueblos campesinos. El arte no debe ser un lujo para unos pocos, ni una herramienta de alienación de las clases dominantes. Al contrario, debe ser un reflejo de la realidad de las grandes masas populares, un medio para elevar su conciencia y luchar por sus derechos.
El arte, en su esencia más profunda, debe ser revolucionario. No debe quedar encerrado en las galerías elitistas ni en la teoría vacía del arte por el arte. El arte es una poderosa herramienta de lucha, que debe servir para cuestionar, para movilizar, para transformar. Este es el pensamiento que guía al Movimiento Antorchista Nacional, que, fiel a su compromiso con las clases trabajadoras en Aguascalientes participará en la XXI Espartaqueada Cultural, del 5 al 13 de abril en Tecomatlán, Puebla.
Artistas de las comunidades, escuelas y colonias populares se están preparando para llevar su arte al corazón de la lucha revolucionaria. A través de su participación, nos muestran que la cultura debe ser una herramienta de transformación social, una forma de resistencia ante la opresión y una expresión auténtica de los intereses del pueblo trabajador.
En este evento, se reafirma la importancia de un arte que se vincule estrechamente con las luchas del pueblo. El arte debe ser instrumento de unidad, conciencia y cambio.
